

POR QUÉ IMPORTAN LAS POLÍTICAS
Las políticas moldean los entornos
Los niños y adolescentes se desarrollan en un entorno de relaciones y recursos en nuestras comunidades. Nuestras políticas estatales y locales moldean estos entornos. Toda política que establezcamos debe promover un desarrollo saludable y reducir las cargas innecesarias para los niños y los adultos en sus vidas.
Maryland Essentials for Childhood se centra en seis áreas de políticas que tienen un efecto poderoso y comprobado en el desarrollo infantil y adolescente.
Fortalecer los apoyos económicos a las familias.
Las dificultades económicas son una fuente importante de estrés, que puede causar o agravar la depresión, la ansiedad y los problemas en las relaciones. Cuando las familias y los cuidadores se encuentran bajo un estrés severo, esto puede sobrecargar su capacidad para brindar a los niños entornos seguros, estables y acogedores.
Por otra parte, las políticas que fortalecen la seguridad financiera de las familias y aumentan los ingresos familiares pueden reducir el estrés y aumentar la capacidad de las familias para satisfacer las necesidades de los niños.
Asegúrese de que los niños tengan un buen comienzo.
Desde las primeras etapas de la vida, el cerebro de los niños se construye a partir de las interacciones con los entornos donde crecen, aprenden y juegan. Las personas y las relaciones forman parte de su entorno, incluyendo padres, hermanos, familias extensas, cuidadores infantiles, profesionales de la salud y más.
TEn conjunto, estas experiencias y exposiciones moldean la calidad del cerebro. arquitectura y establecer una base sólida o frágil para todo el aprendizaje, la salud y el comportamiento que le siguen. Las políticas y los programas que promueven una arquitectura cerebral sólida capacitan a los niños para prosperar y beneficiarnos a todos a largo plazo.
Conectar a los jóvenes con adultos y actividades que los atienden.
Las conexiones estrechas con adultos, compañeros cercanos y pares ayudan a los jóvenes a cultivar sus habilidades para forjar sus propias vidas, desarrollar resiliencia y prosperar. Cuando los jóvenes se enfrentan a experiencias o entornos adversos, las relaciones que fomentan su desarrollo pueden protegerlos de los efectos negativos a largo plazo.
Las políticas y los programas que conectan a los jóvenes con adultos atentos y actividades con un propósito ayudan a los jóvenes a descubrir quiénes son, a cultivar la capacidad de dar forma a sus propias vidas y destinos y a aprender a contribuir positivamente al mundo.
Responder responsablemente para disminuir el daño.
Cuando los niños y jóvenes experimentan adversidades graves, tenemos la responsabilidad compartida de amortiguar el impacto. Existen muchos enfoques para lograrlo, pero todos parten de la idea básica de que añadir apoyos positivos puede contrarrestar el peso de las experiencias negativas. Si bien siempre es mejor prevenir la adversidad desde el principio, no siempre podemos hacerlo. Por eso necesitamos que nuestros sistemas estén preparados para responder cuando ocurren eventos perjudiciales.
Promover normas sociales que protejan a los jóvenes.
Presenciar o experimentar violencia puede ser especialmente perjudicial para los jóvenes; sin embargo, es común encontrar imágenes y actitudes que sugieren que no es para tanto. No tiene por qué ser así. Podemos cambiar las normas sociales que exponen a niños, niñas y adolescentes a la violencia, la hostilidad y el abuso.
Por eso apoyamos enfoques que promuevan ideas saludables sobre las relaciones y mejores formas de resolver conflictos.
Enseñar habilidades.
Cuando los niños, adolescentes y padres aprenden formas efectivas de manejar el estrés, resolver conflictos y gestionar sus emociones y comportamientos, están mejor preparados para manejar situaciones difíciles de formas seguras y saludables.
Se ha demostrado que los programas que enseñan habilidades sociales y emocionales conducen a menos violencia en las escuelas, mayores avances en el aprendizaje académico y dinámicas familiares más estables y pacíficas.